jueves, 9 de abril de 2015

¡Está Descompuesto! ¿Arreglar o descartar?




La semana pasada, nuestro blog trató de la necesidad que tiene cada persona de tener (cuando menos) a alguna persona con la que puede hablar de todo. Sus comentarios en Facebook (https://www.facebook.com/CasaDeCarinaPuntoCom) me hicieron ver que Uds. están de acuerdo de que sería ideal tenerla… pero que se les hace demasiado difícil localizar a esta persona digna de toda su confianza y quien nunca les defraudará. ¡Claro que es difícil! ¡NO! ¡No es difícil, es IMPOSIBLE!


La pregunta mía es, “¿Por qué esta persona tiene que ser 100% leal, casi sin defecto ninguno, siempre disponible e incapaz de hacerte ningún daño para merecer ser tu confidente?”


Pensaba en el pasado cuando nuestros padres o abuelos compraban algo, un televisor por ejemplo, y con el tiempo de usarlo empezaba a fallar. Ellos, con mucha paciencia lo enviaban a arreglar o le hacían ellos mismos esos arreglos medios mágicos para que el televisor continuara funcionando. Jamás pensaban en cambiarlo o desecharlo, al menos que definitivamente el televisor ya no tuviera arreglo. Vivían en una epoca cuando la moda era arreglar las cosas, mejorarlas, y no tirar la toalla sino hasta lo cuando definitivamente ya no había mas nada que hacer.


¿Sucede lo mismo hoy en día? ¿Estamos dispuestos a hacer los arreglos necesarios, o pensamos inmediatamente en reemplazar lo que no nos sirve con algo más moderno y supuestamente mejor? Vivimos en una sociedad que nos enseña día tras a día a desechar lo que ya no funciona como nosotros queremos y exigimos. Vivimos en una cultura egoísta que solo piensa en si misma y no en el otro. Estamos en un momento que no sólo ve así a las cosas materiales, ¡sino también a la gente! Es más fácil desechar a las personas por cualquier diferencia existente, en lugar de trabajar en esas diferencias y tratar de lograr un balance para que la relación crezca y se mantenga más saludablemente.


En tiempos pasados, las relaciones afectivas, sean de amor o de amistad, eran para toda la vida. Cuando existía alguna diferencia, se trabajaba en ello. Se invertía todo lo necesario para que esa relación continuara creciendo y durara para toda la vida.


Pero hoy en día, muchas personas ven las relaciones tan superficialmente que ya no quieren tomar ni el compromiso ni la responsabilidad que implica mantener esas relaciones para siempre. Vivimos desechando amistades, parejas, o cualquier otra relación afectiva que hayamos logrado en la vida. Vivimos buscando la perfección que ni en nosotros mismos existe, sin saber que la perfección la hace cada uno amando y respetando a los demás, y trabajando en esas relaciones afectivas para que duren toda la vida.


Cuando comparamos el significado de amor y amistad en tiempos pasados con el significado de hoy en día, podemos llegar a la conclusión de que el sentido del verdadero amor, de la verdadera amistad, está en gran peligro de extinción. Ya casi no existen relaciones en las que se lucha por salir adelante, vivimos con las expectativas de que los demás piensen y actúen como nosotros, y nos olvidamos de que todos somos diferentes, y siempre van a existir las diferencias. Nos perdemos de la oportunidad de crecer juntos a través de cómo resolvemos los conflictos, superamos las decepciones y sanamos las heridas.


El verdadero amor y la verdadera amistad son capaces de enfrentar las más difíciles circunstancias, saben sostenerse aún cuando no hay fuerzas, saben esperar cuando todo se ha puesto complicado, saben amar aún cuando han cometido errores, y saben perdonar cuando se han fallado. Luchar por las relaciones afectivas, trabajar en ellas, implica rebazar malos entendidos, vivir momentos de alegría con gran emoción, y sentir con gran tristeza aquellos de gran dolor.


Es importante ver que no todo tiene solución, no todo se puede arreglar. No hay que dejar que se abusen de uno, no hay que vivir con violencia de ninguna índole, y las adicciones pueden hacer una relación interpersonal imposible. Pero en la mayoría de nuestros casos, no se trata ni de abuso ni de adicción. Vamos a comprometernos a desarrollar relaciones afectivas, amistades sobretodo, basadas en el compromiso mutuo de arreglar las cosas, no tirar todo y buscar a alguien nuevo.

lunes, 30 de marzo de 2015

TODOS NECESITAMOS A ALGUIEN CON QUIEN HABLAR DE TODO.

Lo más duro de algunos sentimientos o pensamientos, es compartirlos con otras personas. Pero la realidad es que todos necesitamos alguien con quien hablar de todo. El hecho de compartir lo que sientes o piensas te puede ayudar, tanto cuando se trate de sentimientos agradables como de otros que no sean tan agradables. Es importante tener con quien compartir lo que tenemos para decir, porque compartir tus sentimientos y pensamientos te ayudará a sentirte más liviano y libre.  El tratar de contenerlo todo a veces te lleva a querer explotar, es demasiada presión y te privas de la oportunidad de escucharte tu mismo para ver cómo estás pensando y dónde puedes estar descarrillado.  En los grupos de 12 pasos, dicen que la mente propia es un vecindario donde  andar solo puede ser muy peligroso.  Siempre es bueno tener quien te puede decir si estás pensando bien, o si tus emociones te han distorsionado la realidad.  Además, hablar de cosas profundas con alguien te vincula con la gente que te importa y a quien le importas.  

¿Por qué crees que debemos tener a alguien con quien podamos hablar de todo?
La forma en que nos sentimos por dentro es importante y puede ser muy difícil no tener con quien hablar y expresarle que estás triste, preocupado o enfadado con alguien. Si hablas con alguien a quien le importas de verdad, alguien con quien sientas esa confianza, lo más probable es que empieces a sentirte mejor. Ya no estarás tú solo con tus problemas y preocupaciones. Claro que esto no significa que tus problemas y preocupaciones vayan a desaparecer como por arte de magia, pero por lo menos habrá alguien más que sabrá qué es lo que te preocupa o molesta y que podrá ayudarte a buscar posibles soluciones.

Hay personas que encuentran con quien hablar dentro de la propia familia.  Puede ser que sus parientes son sus mejores amigos.  Sin embargo, es entendible que a veces no quieren compartir algo con ellos porque les puede preocupar o pueden influenciar en sus propias relaciones (Por ejemplo, no es recomendable hablar mal de la pareja con tu mamá. Al rato Uds. Se contentan, pero mamá aún está sentida con ella). En ese caso, puedes buscar a un amigo/a de confianza, o a alguien profesional con quien puedas compartir lo que sientes o piensas.  

A veces no puedes solucionar tú solo todos tus problemas y es importante tener a alguien con quien puedas hablar de todo lo que sientes y pienses. Muchas veces hablar sobre cómo te sientes puede ser el primer paso para cambiar ese malestar dentro tuyo que hará que te sientas mejor y más libre.  Imagínate cómo fuera el mundo si todos cultiváramos cuando menos UNA relación en la pudiéramos contarlo todo.

domingo, 8 de marzo de 2015

La Gente Te Trata Como Tú Se Lo Permitas



“La gente te trata como tú se lo permitas”.  Poner límites para que los demás respeten tu dignidad como persona y no dejar espacio para la ofensa y el menosprecio, o a las manifestaciones discriminatorias, es el inicio de un camino hacia una sociedad más acogedora, pacífica y justa.
Los límites nos definen y nos protegen. Los límites emocionales son muy necesarios e importantes, porque estos determinan como debemos y queremos ser tratados. La palabra límite no significa “desaprobación”, sino más bien “protección”. Si no tienes límites, te conviertes en juguete de los demás. Imagínate que en tu casa no hubiera puertas ni ventanas…todo el mundo pudiera entrar y hacer lo que quisiera. Así mismo pasa con los seres humanos. Todos necesitamos tener y poner límites. 
Cuando no ponemos límites, estamos permitiendo que nuestra pareja, hijos, padres, amigos, y demás personas nos traten como ellos quieren. Todos somos diferentes y cada persona posee una forma de ser y pensar que tal vez ofenda a los demás. Hay un dicho que dice “Se puede vivir de muchos modos pero hay modos que no dejan vivir”. No poner límites nos lleva a sentirnos frustrados, resentidos, y hasta depresivos. Tenemos que tener presente, que la clave es poner nuestros propios límites, no cambiar a los demás.
Poner límites, es enseñarles a los demás que quieres ser tratado con respeto y amor. El amor siempre implica respeto, no podemos amar o ser amados verdaderamente sin respeto de por medio. Otra manera de enseñarles a los demás como quieres ser tratado, es dando el ejemplo, pero siempre poniendo límites. Si quieres ser tratado con amor y respeto, trata a los demás con amor y respeto. Si quieres ser tratado sin respeto, o de manera que te lastime o te hagan sentir mal, trata de esa manera a los demás y veras que muy pronto recibirás el trato que estás dando.
Valorarse y quererse a sí mismo es también una manera de enseñarles a los demás como queremos ser tratados. Si nos tratamos con valor, amor y respeto a nosotros mismos, les enseñamos a los demás a tratarnos de la misma manera. De esta manera, también incentivamos a los demás a valorarse, quererse y respetarse a sí mismos.
Si no implementamos límites, no podremos lograr que los demás nos traten con respeto. Y si aun poniendo límites, siguen tratándonos de una manera que logra hacernos sentir que nuestros límites fueron traspasados, posiblemente tendremos que tomar otras decisiones, como alejarnos de estas personas. Lamentablemente no tenemos el poder de cambiar a los demás, pero sí de poner los límites necesarios para que los demás sepan cómo queremos y permitiremos ser tratados. 
Poner límites es simplemente decidir qué vas a permitir que ocurra en tu presencia y asegurarte que se cumpla. Poner límites es tomar la responsabilidad de lo que pasa en tu vida. Los demás siempre avanzaran hasta donde uno está dispuesto a ceder.

“Usted es tratado en la vida de la manera que le enseñe a los demás a tratarlo a usted”. Wayne Dyer

¿Cómo permites que los demás te traten? ¿Tienes tus límites bien establecidos? ¿Cómo te tratas a ti mismo?

miércoles, 25 de febrero de 2015



“Entre más contenta mantengas a la vaca, más leche te da.” Este es un dicho muy conocido en muchos campos de América Latina. Se dice que muchos granjeros tienen por costumbre tratar a las vacas de una manera muy especial, “los resultados están en la calidad y cantidad de leche recibida”, dicen ellos. “Les hablamos y las tratamos con cariño, las alimentamos, las cuidamos y respetamos, y eso, marca una gran diferencia en la producción de nuestras vacas.”
La realidad, es que esto aplica también para los seres humanos en todos los aspectos, como por ejemplo: en nuestra relación de pareja, con nuestros hijos, con nuestros compañeros de trabajo, y con todas las demás relaciones. Mostrar respeto y valor por los demás, hace que los demás tengan un trato reciproco y que se respeten y se valoren más a sí mismos, de esa manera lograran respetar y valorar a los demás y lograran que otros entren en el mismo círculo de respeto y valor. Así es como hacemos la diferencia, y de a poco, logramos un mundo mejor y más saludable.
La autoestima es la imagen y la valoración que uno tiene de sí mismo. Pero la realidad es que las demás personas también influyen sobre la formación de la autoestima de cada uno. Cuando motivamos a nuestra pareja y/o a nuestros hijos a seguir sus objetivos, cuando remarcamos y reconocemos sus logros y sus virtudes, estamos mostrándoles cuánto valen para nosotros y cuánto los amamos. De esta manera inspiramos a nuestros seres queridos a ser mejores personas con los demás y con ellos mismos.
Cuando decidimos darle a los demás, el aliento y la motivación que realmente los haga crecer y sentirse importantes, estaremos elevando el nivel de autoestima personal, y ayudando a las personas a nuestro alrededor a obtener mejores resultados. Cuando las personas nos sentimos motivadas, valoradas, respetadas y amadas, somos felices. Y cuando estamos felices, obtenemos muchos mejores resultados en todos los aspectos de la vida en cuanto a desempeño y eficiencia.
Es muy importante que siempre tengas en cuenta estos pequeños detalles que a lo largo, marcaran una gran diferencia en las personas que amas:
- Ayuda a tus seres queridos a elevar su autoestima, motívalos y ayúdales a que vean sus logros y sus virtudes.
- Demuéstrales tu cariño y afecto, pero también enséñales que ellos también deben quererse.
- Respétalos y ayúdalos a hacerse respetar.
- Se comprensivo/a.
Por último, motívalos a que crezcan y mejoren. El aliento, buen ejemplo y motivación los ayudará a sentirse mejor y a elevar su propia autoestima, así como también los inspirara a alentar y a motivar a otros.
Entonces así, sí podremos decir que nuestras “vacas” estarán felices y, sobre todo, que darán más y mejor “leche”.

¿Y tú, qué estás haciendo para mantener contenta a tu/s vaca/s?

lunes, 9 de febrero de 2015

El Amor Propio


El amor propio es algo que necesitamos alimentar día con día, momento a momento. El amor a nosotros mismos demuestra la afirmación de nuestro ser. Haciendo crecer la seguridad en nosotros mismos, el valor, el respeto y la satisfacción de uno mismo, es como hacemos crecer el amor propio y la autoestima. Es muy importante saber cuáles son tus defectos y debilidades pero también tus cualidades y fortalezas. Cuando nuestro amor propio se debilita, no podemos ofrecer un verdadero amor a otras personas; porque el amor a uno mismo es condición y medida del amor que podemos dar a los demás. Por esto mismo, una de las consecuencias de la falta de amor propio es que no logras relacionarte profundamente con otra persona. Al no saber amarte a ti mismo, no eres capaz de amar a nadie más. El amor propio y la autoestima son elementos importantes para que cualquier persona lleve una vida satisfactoria.
Cuando te amas profundamente, no te permites perderte en pensamientos desagradables que, a la larga, acaban con tu salud física, además del efecto negativo sobre tus emociones. El amor a alguien no lo justifica todo, y definitivamente no justifica que dejes de quererte a ti mismo. Si el amor a otra persona requiere el dejar de amarte, el dejar maltratarte, el no respetarte ni hacerte respetar, el dejar de estar atento a tus necesidades, el dejar de ser tu mismo, el hacerte daño de alguna manera; deberías cuestionarte si ese “amor” realmente te conviene, si ese “amor” es bueno para ti.  Puedes quererlo/a mucho, pero a ti tienes que quererte más, siempre. Amar al otro NO es dejar de amarse a uno mismo.
El hecho de no conocerte a ti mismo implica que no has tenido el valor o el interés necesario para hacerlo.  Cuando pierdes interés por ti mismo probablemente es porque te falta amor propio y valor. Cuando te amas a ti mismo estarás dispuesto/a a saber de ti, a aceptarte y a trabajar para reforzar todo aquello que te hace sentir completo/a, pero también eliminar o cambiar todo lo que te limita.
Cuando eres una persona dispuesta a enfrentar y solucionar tus problemas, no buscas imitar a nadie, eres creativo/a, independiente, amigable; esto demuestra que tienes un amor propio y una autoestima muy positiva y elevada. Pero si no es así, entonces deberás hacer lo cambios necesarios y tomar el control de tu vida, porque sólo así tendrás el poder para alcanzar lo que desees. Los resultados se reflejarán en ti al mostrarte como una persona feliz, positiva y segura.
Es normal que en la búsqueda de uno mismo se cometa errores y se tenga temores. Es muy válido tener miedo y caer, pero más valioso es saber levantarse. Piensa que si al final de cada día de tu vida te sientes orgulloso/a de lo que eres y haces, y además en tu interior hay paz, es porque tus valores y convicciones han intervenido. De lo contrario, los sigues olvidando, continúas haciéndote a un lado y necesitas cambiar eso inmediatamente.
Necesitas darte cuenta de lo especial que eres por amarte a ti mismo más que a los demás. Levántate y confírmatelo, cada día de tu vida. Dite a ti mismo: " Yo valgo mucho", " Yo soy importante", "Estoy orgulloso/a de mí mismo/a, "Tengo la capacidad para...", "Mis virtudes son...". Hazlo, y verás que terminarás por admirarte… y así tendrás mucho mas que les puedes dar a tus seres queridos, tu trabajo, y tu comunidad.

Y tú, ¿qué tanto te quieres?

lunes, 2 de febrero de 2015

Hay que dar el 100% al amor...


En algunas ocasiones, cuando nos dejamos arrastrar por la rutina del día a día, nos olvidamos de la importancia de invertir en la relación de pareja y esto, a la larga, nos pasa factura. Por eso, para que una relación de pareja sea saludable, es necesario dedicarle tiempo, cuidado y dedicación. Es muy importante que cada uno invierta el 100%. Lo importante no es la cantidad de tiempo que empleemos, sino la calidad de él.
En estos tiempos, en los que las parejas dedican más tiempo y energía en conseguir el éxito laboral y económico, en lugar de construir un espacio de amor y contención mutua, es importante tomarse un momento y reflexionar sobre la importancia de invertir en la relación y aprender a reencontrarse, sin otro objetivo más ambicioso que el hecho de estar juntos. El amor es una decisión. Hay que decidir amar y buscar todas las instancias para resucitar y/o mantener la magia y conectarse con la profundidad de ese sentimiento.
Una relación entre dos personas poco a poco transita desde la emoción desbordada del enamoramiento inicial y la novedad hasta la intensidad del amor y la cercanía a través de la inversión que con el tiempo va realizando cada persona. Tu disposición para invertir en la otra persona a través del tiempo va intensificando tu amor. Por eso, es sumamente importante que cada uno invierta el 100%.
Es como cuando compras una tierra, es algo que tú compraste, de acuerdo a la dedicación que tengas en esa tierra son los resultados que vas a obtener, y sí algunas de las plantas que siembras comienzan a secarse tú eres el que decide que hacer, hay personas que no hacen nada y la dejan morir, y por el contrario existen personas que aran la tierra, la fertilizan, la riegan y le invierten mucho tiempo y esfuerzo, hasta que logran que esa pequeña planta se transforme en un gran árbol. Así, sí inviertes lo suficiente, puedes hacer crecer, el romance, el cariño, la sexualidad, la confianza, la comunicación y el amor, todo puede crecer.
Las cosas nunca son estáticas y por eso es que sólo existen parejas que crecen o se deterioran, si tú no inviertes, con el tiempo, te arriesgas a perderlo todo. Por eso tan importante el noviazgo, ya que es una fase de experimentación y aprendizaje, el noviazgo ofrece la oportunidad de compartir una cercanía, de compartir lo que son sus intereses y preferencias. A veces es necesario experimentar varias relaciones para poder encontrar a la persona ideal y poder compartir una relación más duradera. Por eso es muy importante comprender lo que es la inversión, qué tanto invertir, qué invertir y cuándo debes de invertir. Estas cuestiones son básicas para asegurar que tu relación va crecer a lo largo del tiempo.
Es muy importante que sepas como mantener una relación y que la llama se mantenga viva, llena de amor, y que haya entre ustedes confianza y respeto. Todo de una forma recíproca para que así ambos miembros de la pareja estén felices.
Aquí van algunos consejos de cómo invertir en tu relación:
Comuníquense de forma abierta y clara. Llegar a un entendimiento mutuo será una de las herramientas más eficaces en el funcionamiento de la pareja. Sin olvidar que debe ser acorde lo que uno piensa con lo que uno dice para que exista una comunicación eficaz, decir en cada momento lo que uno piensa y no esperar a que sea el otro el que lo adivine, pues si no se lo comunicamos no tendrá forma de saberlo.
Sé detallista. Los detalles son muy importantes. Si estás en una relación y no sabes apreciar los pequeños detalles, lamentablemente tu relación está en este preciso momento yendo costa abajo a una velocidad impresionante; un abrazo, un “te amo”, un “eres especial en mi vida”, son frases que causan efectos extraordinarios y que de alguna manera hacen que la llama del amor no se apague en la relación.
Comparte con tu pareja. Salgan a caminar juntos, o a tomar un helado, o un chocolate caliente, cuando tú compartes tiempo al lado de la persona que diariamente te está brindando su amor, confianza y corazón, le das a entender que es importante para ti y que valoras el hecho de que esté a tu lado.
Haz sentir importante a tu pareja. Trátala/o con dulzura, se paciente. Dile y demuéstrale lo importante que es él/ella en tu vida. Y que mejor manera de demostrarle a tu pareja que vale para ti que invirtiendo tiempo en el/la.
Pedir y saber recibir. Estas serán otras de las habilidades que ayudarán. Es muy importante pedir lo que uno necesita o decir con lo que no se está de acuerdo en el momento en que se necesite y, por otra parte, dejarse cuidar y saber aceptar las críticas constructivas que puede hacer la pareja. Debe darse una reciprocidad en cuanto que son dos los individuos que forman la pareja, ambos deben sentir un equilibrio y que los dos reciben y aportan en condiciones similares.
Toda relación tiene como base una necesidad de fusión y encuentro y esto requiere invertir presencia. Debido a que en la vida diaria, raramente invertimos presencia, es importante crear espacios con el otro para intimar, para trabajar la presencia y, para ello, es necesario invertir tiempo de calidad, sin metas preestablecidas, simplemente ESTAR, porque cada momento invertido es único. Por eso, INVIERTE, y aprovecha cada momento con la persona que amas, antes de que sea demasiado tarde.
¿Te has preguntado que tanto inviertes en tu relación? ¿Cuando y como lo inviertes?

lunes, 26 de enero de 2015

Sólo con una Disculpa...



Todos nos equivocamos. Somos seres humanos imperfectos y no es posible llevarse bien con todos en todo momento. A veces herimos los sentimientos de la gente, o nos hieren. Pedir disculpas cuando sabes que debes hacerlo no consiste simplemente en pronunciar unas pocas palabras. Es una forma de demostrar que reconoces tu error y que has aprendido del mismo. La humildad es una cualidad fundamental. Primero debes disculparte a ti mismo (por tu imperfección y falla) y luego pedir disculpas.

Pedir disculpas es una herramienta que utilizamos para decirle a alguien que lamentamos el daño que causamos, por más que lo hayamos hecho a propósito o no. Es una forma de decir que somos conscientes del daño que causamos y que trataremos de no volverlo a hacer en el futuro. Es hacernos responsable de nuestras propias acciones. Es poner nuestros valores por delante de nuestro orgullo.
Muchos se preguntan cuál es la diferencia entre pedir disculpas y ofrecer diculpas. Cada cultura ve estas palabras de forma diferente y aquí no queremos perder el bosque por estar contando los árboles.  Pedir u ofrecer una disculpa tiene que ver con la actitud, la humildad y el compromiso de no volver a lastimar… llámale como le quieras llamar.

Al disculparnos estamos diciendo que respetamos a la otra persona y que nos preocupamos por sus sentimientos. Disculparnos muestra que tenemos empatía. Después de disculparnos, puede que nos sintamos mejor, y la otra persona también. 

¿Cuando debemos pedir disculpas?

Pedir disculpas no es una solución universal, el enojo no va a desaparecer por arte de magia, pero la palabra es una de las formas de comunicarse que tiene la humanidad, y las palabras que se dicen cuando se pide una disculpa tienen sentido para quien las dice y para quien las oye, sobre todo si van acompañadas de un verdadero sentimiento de arrepentimiento y respeto hacia el otro.

Si ofendiste o heriste a alguien con algo que hiciste,
Si heriste o te burlaste de alguien, incluso si no lo hiciste a propósito.
Si perdiste o rompiste algo que le pertenecía a otra persona.
Si hiciste algo que sabías que estaba mal, como decir una mentira o romper una regla a                    propósito.
Si no hiciste algo que tenías que hacer, como mantener una promesa o volver a la hora indicada.

Es muy importante saber pedir disculpas. Incluso cuando los padres y los adultos hacen lo correcto cuando hacen algo mal, y dicen "lo siento", dan el buen ejemplo. Así es como los niños aprenden a pedir disculpas cuando deben hacerlo.

¿Qué pasa cuando el/la ofendid@ o herid@ soy yo?

Cuando el herid@ eres tú y alguien te pide disculpas, puedes recibirlas y estar dispuesto a disculparlo y seguir adelante.  Pero no siempre es el caso. Si alguien sigue haciéndote daño y pidiéndote disculpas sin hacer un esfuerzo para cambiar, es probable que no quieras pasar más tiempo con esa persona.

Vamos a ser claros: la disculpa es una cosa y la relación puede ser otra.  Cuando nos negamos a disculpar es una forma de mantenernos atados al daño que nos hicieron.  Disculpar es aceptar que lo que pasó, pasó y no vamos a cambiar el pasado, ni vamos a cargar con el rencor.  No siempre disculpamos para el bien del otro, sino lo hacemos para nuestro propio bien.

El hecho de la persona que te hirió te pide disculpas no significa que tengas que ser su amig@. Es de buena educación aceptar y reconocer una disculpa, pero cualquier cosa más allá de eso depende de ti. Ahora, cuando el pedir disculparse vuelva algo repetitivo, pierde su verdadero sentido y hay que comenzar a considerar que la persona no desea cambiar en realidad.

Pedir una disculpa no debe afectar tu autoestima negativamente. A veces pensamos que pedir disculpas y admitir habernos equivocado es malo.  No es malo, es HUMILDE.  Ser humilde es algo espiritual, ser humillado es algo que debemos de evitar.  Hay que saber diferenciar. No admitir cuando nos hemos equivocado es soberbia, nada que ver con la superación personal.  Una persona que es capaz de aceptar sus errores y esforzarse por superarlos, tanto de palabra como de hecho, muestra que quiere mejorar de manera activa sus relaciones.

Saber disculpar también es muy importante. Cuando una persona toma la decisión de disculparse sinceramente, la otra persona debe ser capaz de aceptarlo. Para poder disculpar, hay que ponerse en el lugar del otro. ¿A caso nunca nos equivocamos?

La dignidad humana es un valor o un derecho inviolable e intangible de la persona, es un derecho fundamental. La dignidad se basa en el respeto y la estima que una persona tiene de sí misma y es merecedora de ese respeto por otros porque todos merecemos respeto sin importar cómo somos. 

Cuando nosotros no respetamos ni valoramos los derechos de una persona, le quitamos dignidad. La única manera de devolver esa dignidad, es tomar responsabilidad de nuestros errores y pedir disculpas por haber herido a esa persona.

¿Qué opinas al respecto?   ¿Qué tan importante es para ti tu dignidad y la de las demás personas?   ¿Qué tan importante es para ti pedir disculpas?